jueves, 28 de octubre de 2010

En la villa de San  Carlos a vela y kerosén (Blanca E. Ferraro)

Luz de Luna y música

Domingo. Noche de luna. Retreta en la plaza 25 de mayo. Iluminación a faroles de kerosén. La diagonal nor-este, enlosada y bordeada por numerosos bancos. Los ocupan totalmente las personas deseosas de buena música y sociabilidad al aire libre.

Son las damas y caballeros de sociedad quienes integran esta mandíbula muy bien guarnecida, por cierto.
Los extremos de la vía son para la juventud dragoneadora que invierte el tiempo en hablar de amor, política, pencas y riñas de gallo.
El futbol y el cine, no existían.
En el centro forman cuadro los atriles ante los cuales se distribuyen los músicos con instrumentos de viento: clarinete, flauta, alto, trombón, bajo, etc. Y de percusión: platillos, triangulo, bombo (tambora) y redoblante.
Las damitas, como siempre, elegantes, llenan la parte libre de la diagonal, recorriéndola incesantemente cual si prepararan para una maratón.
Al cabo de la noche han recorrido varios kilómetros alegres, felices, parlanchinas y viendo a su pretendiente. Ambos dirían “in peto” durante la semana.

De domingo a domingo
Te veo la cara,
¡Cuándo será domingo
Virgen sagrada!

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La Banda Popular cumplía su programa musical, indefectiblemente, todos los jueves y domingos dando esto lugar a las simpáticas reuniones placeras solo suspendidas por el mal tiempo. Entonces se aventaban las notas musicales de valses, mazurcas y trozos de opera, desde el vestíbulo de la Sociedad Unión.
No era, pues, de desperdiciar en buen tiempo pasear por la plaza al son de buena música, departir con las amiguitas y alegrar los ojos dragoneando.

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