A la Sociedad Unión
No valen más mis versos que aquel oscuro grano
De arena que sus alas se lleva el huracán;
Como ese grano solo, en medio del desierto,
Mis versos por el mundo, también se perderán.
Cuando se escucha, quiérense, oír las armonías,
Que en sus secretos hacen, las almas palpitar;
Mi canto balbuciente, no sabe esos misterios,
No puede conmoveros, sonriente Sociedad.
Yo soy la golondrina que cruza los espacios,
Que vive de los rayos del deslumbrante sol,
La que viajera y sola no busca otro recuerdo.
Que el que el olvido deja, de aquello que pasó.
Yo soy la pobre estrella que apágase a lo lejos,
Sin que haya visto nadie su pálido fulgor,
Yo soy lo que en la tierra, la gota de rocío.
Que no regó siquiera, el cáliz de una flor.
¿A qué pedir mis versos, si son los que en la selva,
va sin conciencia el ave, salvaje, a modular?
Si vengo aquí a elevarlos, es que confiada espero
Para mis pobres versos, cariño, Sociedad.
Yo deposito en ellos con tembloroso acento,
Mis pálidas violetas ¡ oh Sociedad Unión!
Si es pobre la guirnalda con que mi afecto os brindo
El interés es mucho por vuestra gran misión.
¡Es santo vuestro lema!, lo grande no se pierde
aunque alcanzarlo cueste las heces del pesar;
sin lucha no hay victoria, ni se recogen rosas,
sin que primero hiera la espina con crueldad.
El tiempo guarda escritas páginas indelebles;
El porvenir promete, el premio del luchar;
¡obstáculos no abaten las almas que comprenden
que puede en una idea el porvenir jugar!
Las leyes del pasado señalan el futuro;
Recoja pues la herencia feliz generación
Si os dan ingratitudes en cambio a vuestro anhelo,
¿quién es el que en el mundo no llora una ilusión?
Las flores que la historia dedica a lo pasado,
Son las que el olvido se lleva en el turbión;
Son ellas siemprevivas, que ofrécense al que supo
Llenar de grande causa, con gloria la misión.
Bien lo confirma hoy mismo, vuestro sublime empeño,
Haciendo de este día la pagina inmortal,
Llevando a los sepulcros las flores del recuerdo,
Los gajos de laureles que vais a deshojar.
No, todo no se pierde; no siempre va a estrellarse,
El fuego de una idea sublime en el desdén,
¡la luz brillará siempre, y los cegados ojos
mas tarde mas temprano sus ígneo rayos ven.
No dudas, no zozobras, para alcanzar victoria,
Para luchando siempre la empresa terminar
Es necesario, hollando, las zarzas las espinas,
De nuestra herida planta la sangre no mirar.
Bendita pues la mano que esparce la simiente
Legándole sus flores, y fruto al porvenir
Estrella medio oculta en sobras que mañana,
Alumbrará luciente en cielo de zafir.
Nacida en este pueblo, yo siento dentro del alma,
Sus dichas y progresos con gozo palpitar,
Bendigo con cariño la mano que le impele
Seguir hacia delante, su porvenir buscar.
Y si en mi voz humilde, hallareis escondido,
Un eco que merezca vosotros le escuchéis,
Yo os digo con el alma, temblando en cada frase,
Luchad por vuestro pueblo; luchad que venceréis!
¿qué lauro mas hermoso, para ceñir las sienes,
ni que mejor corona podéis ambicionar?
Dejadme que una a ella las flores de mi lira,
Que trémula a ofreceros, hoy vengo Sociedad!
LUDBIANA
